jueves, 6 de diciembre de 2012

HACIA UNA FILOSOFÍA DE LA COGNICIÓN


HACIA UNA  FILOSOFIA DE LA COGNICIÓN

ENSAYO

Autor: Teresa Tejeda Camacho

Marzo del 2012

Podría decir que nada es tan apasionante como descubrir que estamos siendo testigos de una nueva realidad, pero mentiría, sí hay algo más apasionante: sabernos constructores de esa nueva realidad. En este ejercicio pretendo reflexionar acerca de la importancia que tiene la construcción de una nueva epistemología de la cognición; no es mi afán hacer crítica de ningún tipo a las ideas de los filósofos, eso ya lo han hecho muchos, sino tomar de ellos los aspectos que me permitan pensar en una nueva manera de abordar los problemas que  el campo de la cognición nos está ofreciendo, para que  a través de esta reflexión pueda tener al menos una idea de cómo empezar esta difícil tarea de desarrollar los factores cognitivos, procurando mantener un enfoque filosófico y una línea de pensamiento crítico.

Partiré del hecho de que “toda investigación científica puede enfocarse de diversas maneras, cada una de ellas signada por una concepción general de carácter filosófico” (Bunge, 2009 124); es esta influencia de la filosofía en las ciencias lo que quiero reconocer como epistemología, siendo entonces inevitable que esta disciplina científica esté presente en un campo tan vasto de la nueva psicología: la  psicobiología. Pero su participación no debe reducirse sólo a un análisis de los postulados teóricos que históricamente amparan la ciencia cognitiva y sus procesos; eso no serviría de mucho, en cambio, sí empantanaría los nuevos caminos que intenten abrirse en aras de resolver los problemas que se presentan. Será entonces una nueva visión epistemológica de la psicología la que permita desarrollar las bases de la investigación en el campo de la cognición.

“Una investigación se comprende porque, por científica que ésta sea, no puede estar desprovista de supuestos filosóficos” (Bunge, 2009 p.125). Estos supuestos filosóficos que menciona Bunge implican no sólo la definición precisa del problema a investigar, sino la hipótesis ontológica acerca de la naturaleza de los objetos intervinientes, así como los supuestos gnoseológicos acerca de la naturaleza y el alcance del conocimiento posible de dichos objetos. Es entonces la epistemología la que puede servir de andamiaje para estas construcciones conceptuales. No se trata por esta vía de entrar en debate acerca de los conceptos, procesos o funciones que van a investigarse; más bien, de dar por sentado lo que debe entenderse por cada uno de ellos en el trabajo que se realiza, se entienda eso y no otra cosa cuando se investiga. Tampoco es solamente la definición conceptual y sus orígenes lo que se espera de la epistemología, sino la comprensión de las  relaciones  presentes entre los objetos que se investigan, ¡y sus posibles contradicciones! La filosofía de las ciencias será entonces método más que conocimiento, proceso más que punto de partida, síntesis más que sólo análisis en la construcción de una nueva visión científica.

La construcción de una nueva visión de la ciencia cognitiva es urgente, no solo necesaria. Considerar suficientes las formas en que conocemos actualmente los procesos cognitivos puede llevarnos a una parálisis o estancamiento de esos procesos, lejos de desarrollarlos. Se debe considerar poco importante la forma de obtener el conocimiento, ya hemos visto cómo una postura filosófica hace tambalear a otra pero no la derriba por completo; cómo una teoría surge, embelesa a sus seguidores y da pié a otros para someterla a interrogación, darle un nuevo cauce y encontrar otras formas de explicación, generando con esto una nueva teoría, en apariencia más completa que la anterior, pero sin desaparecerla. Poco sentido tendría entonces darnos a la tarea de explicar a la luz de nuestro tiempo por qué por ejemplo el psicoanálisis no nos sirve para explicar el inconsciente como elemento cognitivo, o por qué el conductismo es insuficiente como modelo para generar aprendizajes significativos, o por qué los juicos teóricos de Piaget   parecen errados cuando  muchos estudiantes  llegan a la universidad y aún no han concluido el nivel de las operaciones formales y otros apenas están  en  la etapa de las operaciones concretas. Los nuevos problemas revisten una nueva causalidad, los nuevos problemas requieren nuevos enfoques para resolverse, enfoques inmersos en  una epistemología de la cognición.

En conclusión, como explica Dancy (1985) “la epistemología no implica un cambio de tema, sino que ofrece, por el contrario, una manera nueva de estudiar un tema viejo”; y no es que el objeto de estudio de la ciencia cognitiva sea un tema viejo, aunque sí el conjunto de procesos que lo forman, sino más bien, sea bajo el cobijo de la epistemología que debemos ver esos procesos de una manera distinta a como los hemos visto siempre, de lo contrario, corremos el riesgo de ser víctimas de nuestras creencias y verdugos del conocimiento.

Bunge, Mario (2009). Epistemología. México. Siglo XXI Editores.

Dancy, Jonathan (1993). Introducción a la epistemología contemporánea. Madrid. Letra e.

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