HACIA
UNA FILOSOFIA DE LA COGNICIÓN
ENSAYO
Autor: Teresa Tejeda Camacho
Marzo del 2012
Podría
decir que nada es tan apasionante como descubrir que estamos siendo testigos de
una nueva realidad, pero mentiría, sí hay algo más apasionante: sabernos
constructores de esa nueva realidad. En este ejercicio pretendo reflexionar
acerca de la importancia que tiene la construcción de una nueva epistemología
de la cognición; no es mi afán hacer crítica de ningún tipo a las ideas de los
filósofos, eso ya lo han hecho muchos, sino tomar de ellos los aspectos que me
permitan pensar en una nueva manera de abordar los problemas que el campo de la cognición nos está ofreciendo,
para que a través de esta reflexión
pueda tener al menos una idea de cómo empezar esta difícil tarea de desarrollar
los factores cognitivos, procurando mantener un enfoque filosófico y una línea
de pensamiento crítico.
Partiré
del hecho de que “toda investigación científica
puede enfocarse de diversas maneras, cada una de ellas signada por una
concepción general de carácter filosófico” (Bunge, 2009 124); es esta
influencia de la filosofía en las ciencias lo que quiero reconocer como
epistemología, siendo entonces inevitable que esta disciplina científica esté
presente en un campo tan vasto de la nueva psicología: la psicobiología. Pero su participación no debe
reducirse sólo a un análisis de los postulados teóricos que históricamente
amparan la ciencia cognitiva y sus procesos; eso no serviría de mucho, en
cambio, sí empantanaría los nuevos caminos que intenten abrirse en aras de
resolver los problemas que se presentan. Será entonces una nueva visión epistemológica
de la psicología la que permita desarrollar las bases de la investigación en el
campo de la cognición.
“Una investigación se comprende porque,
por científica que ésta sea, no puede estar desprovista de supuestos
filosóficos” (Bunge, 2009 p.125). Estos supuestos
filosóficos que menciona Bunge implican no sólo la definición precisa del problema
a investigar, sino la hipótesis ontológica acerca de la naturaleza de los
objetos intervinientes, así como los supuestos gnoseológicos acerca de la
naturaleza y el alcance del conocimiento posible de dichos objetos. Es entonces
la epistemología la que puede servir de andamiaje para estas construcciones
conceptuales. No se trata por esta vía de entrar en debate acerca de los
conceptos, procesos o funciones que van a investigarse; más bien, de dar por
sentado lo que debe entenderse por cada uno de ellos en el trabajo que se
realiza, se entienda eso y no otra cosa cuando se investiga. Tampoco es
solamente la definición conceptual y sus orígenes lo que se espera de la
epistemología, sino la comprensión de las relaciones
presentes entre los objetos que se investigan, ¡y sus posibles
contradicciones! La filosofía de las ciencias será entonces método más que
conocimiento, proceso más que punto de partida, síntesis más que sólo análisis
en la construcción de una nueva visión científica.
La
construcción de una nueva visión de la ciencia cognitiva es urgente, no solo
necesaria. Considerar suficientes las formas en que conocemos actualmente los
procesos cognitivos puede llevarnos a una parálisis o estancamiento de esos
procesos, lejos de desarrollarlos. Se debe considerar poco importante la forma
de obtener el conocimiento, ya hemos visto cómo una postura filosófica hace
tambalear a otra pero no la derriba por completo; cómo una teoría surge,
embelesa a sus seguidores y da pié a otros para someterla a interrogación,
darle un nuevo cauce y encontrar otras formas de explicación, generando con
esto una nueva teoría, en apariencia más completa que la anterior, pero sin
desaparecerla. Poco sentido tendría entonces darnos a la tarea de explicar a la
luz de nuestro tiempo por qué por ejemplo el psicoanálisis no nos sirve para
explicar el inconsciente como elemento cognitivo, o por qué el conductismo es
insuficiente como modelo para generar aprendizajes significativos, o por qué los
juicos teóricos de Piaget parecen
errados cuando muchos estudiantes llegan a la universidad y aún no han concluido
el nivel de las operaciones formales y otros apenas están en la
etapa de las operaciones concretas. Los nuevos problemas revisten una nueva causalidad,
los nuevos problemas requieren nuevos enfoques para resolverse, enfoques
inmersos en una epistemología de la
cognición.
En
conclusión, como explica Dancy (1985) “la
epistemología no implica un cambio de tema, sino que ofrece, por el contrario,
una manera nueva de estudiar un tema viejo”; y no es que el objeto de
estudio de la ciencia cognitiva sea un tema viejo, aunque sí el conjunto de
procesos que lo forman, sino más bien, sea bajo el cobijo de la epistemología
que debemos ver esos procesos de una manera distinta a como los hemos visto
siempre, de lo contrario, corremos el riesgo de ser víctimas de nuestras
creencias y verdugos del conocimiento.
Bunge,
Mario (2009). Epistemología. México.
Siglo XXI Editores.
Dancy,
Jonathan (1993). Introducción a la
epistemología contemporánea. Madrid. Letra e.
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